Claves para transformar los pensamientos negativos en positivos

Según diversas investigaciones luchar, pelear o tratar de eliminar pensamientos negativos solo termina amplificándolos. Es mucho mejor tomarse la vida, como se suele decir, con filosofía.

Las personas a menudo tratamos de eliminar nuestra negatividad evadiéndola realizando otras cosas para no tener que pensar en ellas o intentando detenerla, lo cual provoca una acción más amplificada del problema en nosotros misma. Nuestros pensamientos negativos pueden extrapolarse a cualquier ámbito, desde nuestra autoestima, crecimiento personal, laboral, social como de pareja. Una batalla interna que no sabemos cómo gestionar y lo único que hacemos para no estar tristes, ansiosos o deprimidos es suplir ese sentimiento con acciones que nos hagan olvidar esos pensamientos durante un tiempo. ¿Te va a ayudar en algo? La respuesta es no.

Una vez hayas terminado esa acción que te hace olvidar la negatividad volverás a estar igual o peor, porque lo cierto es que no te estás enfrentando, no te estás permitiendo sentir, ni afrontando la situación como verdaderamente deberías.  ¡Es el momento de transformar esos pensamientos negativos!

Clave 1: Aprende a reconocer los patrones propios del pensamiento negativo

Los pensamientos que nos generan negatividad en nosotros mismos suelen venir ligados a patrones o repeticiones de actos involuntarios que nos generan depresión, estrés, vergüenza, etc.  Para no caer en estas emociones es necesario analizar qué patrones nos lo generan, cómo y cuándo ocurren y por qué nos suelen atraer. Una vez los tengamos identificados es el momento de retroceder. Escucha tus pensamientos reales y no te permitas actuar de forma automática como estás acostumbrado. Tienes la opción de elegir y pensar cómo quieres sentirte frente a esa situación.

No es lo mismo responder a la pregunta” ¿Qué día hace hoy?” con un “Horrible, ¡está lloviendo!, que decir “Está bien, solo está lloviendo”. Los pensamientos negativos son normales, el problema está cuando nos lo creemos y lo magnificamos.

Clave 2: Céntrate en tus sentidos

Los pensamientos negativos no surgen de la nada. La mayor parte vienen dados por dos factores que debemos tener en cuenta: 1) Por factores que provienen del pasado; y 2) Por factores que nos preocupan de nuestro futuro.

Estos dos aspectos suelen ser dos de las causas más frecuentes de estrés en los individuos, generando angustia y malestar. Cuando estamos absortos en nuestros pensamientos negativos dejamos de ver la realidad. Es como cuando a un burro le colocamos una zanahoria delante, solo verá la zanahoria que es lo que quiere conseguir, pero estará dejando pasar todo lo que hay alrededor porque solo le importa el alimento. Ocurre igual con los pensamientos negativos. ¿Tanto te preocupa que llueva? Puedes tener un gran día a pesar de la lluvia con muchísimas cosas positivas pero te las estás perdiendo porque solo te estás centrando en que llueve.

Para evitar caer en esto, se recomienda centrarse en nuestros sentidos. Concentrándonos en las cosas que vemos, escuchamos, oímos e incluso en lo que tocamos.  Estar al cien por cien en todo lo que ocurre nos permitirá dejar a un lado la negatividad y tener una atención plena en el presente que estamos viviendo.

Clave 3: Atención plena

 A medida que crecemos y nos hacemos mayores nuestra vida se complica, con lo que nuestros miedos, angustias y esperanzas se magnifican. Por lo tanto, el pensamiento negativo es mucho más fácil que llegue a nosotros y se instale en nuestra mente durante un buen tiempo.

Practicar la atención plena o el mindfulness nos puede ayudar muchísimo, consiguiendo fortalecer nuestra conciencia y domesticando nuestra mente. De hecho, está demostrado que la meditación de forma habitual nos permite reducir nuestro estrés en el día a día.

Clave 4: Pregúntate

A veces la mejor forma de darse cuenta de que estamos siendo o pensando negativamente es hacernos las preguntas adecuadas para ayudarnos a descubrir qué nos está pasando:

- ¿Es cierto?

- ¿Este pensamiento me ayuda?

- ¿Qué es lo que realmente quiero?

- ¿Cómo puedo salir ventajoso de la situación?

- ¿Cómo podría hacer más positivo este pensamiento?

A raíz de estas preguntas podremos tomar decisiones constructivas sobre lo que queremos y avanzar por el camino correcto.